Seguro que ya habrás estado indagando en mi extensa filmoteca y te habrá sorprendido que, a pesar de mi juventud, tenga cierta querencia hacia los clásicos.
Así que hace unos días decidí dejarme sorprender de nuevo por uno de ellos, siendo la película elegida: “Tal como éramos” (1973).
Desde el director (Sydney Pollack) hasta los protagonistas (Robert Redford, Barbra Streisand), pasando por algunos secundarios de lujo (James Wood), hacen vibrar tu lacrimal a través de una historia de encuentros y desencuentros entre una pareja con tendencias ideológicas diferentes que marcará su devenir.
El encuentro casual de Katie Morosky (Barbra Streisand) con el oficial del ejército americano (Robert Redford) en un local de Nueva Cork, devuelve a ésta “flashes” de su época universitaria donde compartieron alguna que otra anécdota imborrable para la protagonista.
Quizás ese amor platónico que representaba Hubbel para Katie imprime la trama de la película. De esta forma, nos harán partícipes del inicio de su relación sentimental y de los derroteros que ésta irá tomando por la personalidad de cada uno de ellos.
Me quedó con el sensacional trabajo de Barbra Streisand en su papel de abnegada enamorada, que sufre una auténtica metamorfosis en su lucha contra las dificultades que se le presentan, logrando como nunca lo había vivido que el espectador pueda palpar sus emociones. ¡¡¡Snifff!!!.
No desmerezco el papel de Robert Redford, cumplidor con creces, de ese hombre con sueños alejados a los de su pareja y que le retratan como distante ante todo lo que parece estar sucediéndole.
Al margen de encontrarse dos personalidades opuestas, el clima social y político en que se desarrolla la historia tampoco contribuye al porvenir de la relación: ambiente prebélico y postbélico de la Segunda Guerra Mundial o la Caza de Brujas en Hollywood, lo que hace que sean más manifiestas las distancias de pensamiento entre los protagonistas: Barbra Streisand se muestra como una mujer con las mismas inquietudes reivindicativas que tenían en la Universidad, mientras Robert Redford parece mantenerse al margen de todo.
Por supuesto, es de destacar la Banda Sonora Original, premiada con un Óscar, de la que sobre sale el hit “That way we were” magistralmente interpretado por la propia Barbra.
Lo único que siempre recordaré es esa escena final donde el sufrimiento supera la ilusión y fantasía del romance.
Desde el director (Sydney Pollack) hasta los protagonistas (Robert Redford, Barbra Streisand), pasando por algunos secundarios de lujo (James Wood), hacen vibrar tu lacrimal a través de una historia de encuentros y desencuentros entre una pareja con tendencias ideológicas diferentes que marcará su devenir.
El encuentro casual de Katie Morosky (Barbra Streisand) con el oficial del ejército americano (Robert Redford) en un local de Nueva Cork, devuelve a ésta “flashes” de su época universitaria donde compartieron alguna que otra anécdota imborrable para la protagonista.
Quizás ese amor platónico que representaba Hubbel para Katie imprime la trama de la película. De esta forma, nos harán partícipes del inicio de su relación sentimental y de los derroteros que ésta irá tomando por la personalidad de cada uno de ellos.
Me quedó con el sensacional trabajo de Barbra Streisand en su papel de abnegada enamorada, que sufre una auténtica metamorfosis en su lucha contra las dificultades que se le presentan, logrando como nunca lo había vivido que el espectador pueda palpar sus emociones. ¡¡¡Snifff!!!.
No desmerezco el papel de Robert Redford, cumplidor con creces, de ese hombre con sueños alejados a los de su pareja y que le retratan como distante ante todo lo que parece estar sucediéndole.
Al margen de encontrarse dos personalidades opuestas, el clima social y político en que se desarrolla la historia tampoco contribuye al porvenir de la relación: ambiente prebélico y postbélico de la Segunda Guerra Mundial o la Caza de Brujas en Hollywood, lo que hace que sean más manifiestas las distancias de pensamiento entre los protagonistas: Barbra Streisand se muestra como una mujer con las mismas inquietudes reivindicativas que tenían en la Universidad, mientras Robert Redford parece mantenerse al margen de todo.
Por supuesto, es de destacar la Banda Sonora Original, premiada con un Óscar, de la que sobre sale el hit “That way we were” magistralmente interpretado por la propia Barbra.
Lo único que siempre recordaré es esa escena final donde el sufrimiento supera la ilusión y fantasía del romance.
1 comentario:
¿Consideras un clásico una pelicula de 1973...?¡Pero si fué ayer!
¿O es que estás llamándonos viejos a algunos...?
¡Miiiraaa, miiiraaa...!
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