He encontrado un film de ciencia ficción que cumple a la perfección su objetivo de entretener al espectador, contando con un final totalmente imprevisible. Vamos, hasta a mí, me ha dejado con ganas de ver más.
Una historia de acción salpicada de cine fantástico con unos excelentes efectos especiales que nos hacen sentir como protagonistas de sus más trepidantes escenas.
Un mago que mal vive, interpretado por Nicholas Cage, en un cutre espectáculo de Las Vegas, pero que cuenta con un don especial: ver el futuro unos cuantos minutos más allá del momento presente.
Un talento que se convertirá en una maldición, cuando entre en escena el F.B.I., encabezado por la actriz Julianne Moore, en su papel de una agente antiterrorista tras una arma de destrucción masiva con la que unos terroristas planean atentar en Los Ángeles.
Lo mejor es que no te cuente mucho más y seas tú quien disfrutes de 96 minutos de inesperadas sorpresas.
Lo peor y lo que muchos quizás desearían es contar con esa capacidad extrasensorial del protagonista. La cuestión es qué uso se le daría.
La verdad es que Nicholas Cage siempre me sorprende en sus papeles de variados registros, pero para el recuerdo siempre nos quedará su magnífica interpretación en "Leaving Las Vegas".
Pienso que lo más interesante es dejase sorprender por el siguiente segundo porque la vida danza al ritmo de canciones bellas y canciones tristes y, sin eso, no habría misterio alguno.
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