lunes, 1 de octubre de 2007

Cara a cara

Esta noche quise mirar la luna y bañarme en su luz. Esta noche quise contemplar el cielo y emborracharme de estrellas. Simplemente no pude.

Mi mirada perdida, mis ojos húmedos, tantas noches tristes, tantos días solos, pero mi llanto no era un cántico de desesperación, sino una oda al amor.

Mis lágrimas, tantas veces contenidas, mi sonrisa, tantas veces desdibujada, fluían por amor y, aunque su sabor amargo, secaba mi garganta, una extraña mueca de felicida abrazaba mi corazón.

Una bella melodía hacía bailar mi alma entre sonrisas y lágrimas. Unas notas mudas inundaban mi soledad. ¡Cuán náufragos nos llegamos a sentir al amar!.

Pero no, no lloro por tu ausencia, ni siquiera lloro por saber que no te tendré. Lloro por saborear el dulce trago..., lloro ante el embriagador aroma de ese sentimiento llamado amor.

¡Qué insignificantes nos sentimos ante el ser amado!, ¡qué gigantes nos volvemos a sentirnos amados!, ¡qué vulnerables nos convertimos en sus manos!...

¿Cómo explicártelo?, ¿cómo hacer que lo entiendas?. Sólo dándote amor, podrás comprender que éste nace con una sonrisa, crece con un beso y acaba con un lágrima.

Cara a cara, me encontré una luz deslumbrante, cegadora, desconocida, pero me permitía vislumbrar que, tras ella, estarías siempre tú.

Asustada, temblorosa, quizás hasta avergonzada, tendí mi humilde mano para alcanzar, para tocar, para sentir aquella luz y experimenté su tacto tan suave, tan reconfortante, pero, al abrir mis ojos, percibí tu mano aferrando la mía y una lágrima bautizó aquel instante para la eternidad.

En ese momento, comprendí que aferrar tu mano por primera vez es aferrarla para siempre.

Los días pasarán, las noches llegarán, los años caerán, pero ese mágico y tímido gesto perdurará imborrable sin que los otoños le afecten, ni los huracanes lo azoten.

Querría escribir más palabras llenas de sentimientos, querría construir una canción, querría detener el tiempo, pero nada ni nadie podrá cambiar, ni siquiera podrá deshacer el lazo de tu mano asida a la mía. ¿Entiendes?

Podría besar tus labios hasta que se secaran, podría mesar tus cabellos hasta que se tornaran grises, podría acariciar tu piel hasta que perdiera su juventud, podría decirte "te amo" hasta que mi tímida voz se apagara, pero tu mano y la mía permanecerían unidas con la misma magia en la tierra y en el cielo.

¿Puedes comprenderlo? ¿Sabes qué quiero decirte?

No hay comentarios:

 

Design by Amanda @ Blogger Buster