
Pasaron los días y el amigo estaba en prisión en lugar del condenado. El sexto día, el rey ordenó construir el patíbulo y se anunció la ejecución del rehén para la mañana del día siguiente. El reypreguntó por su estado de ánimo a los carceleros, y éstos respondieron:
-¡Oh, majestad! Por increíble que parezca está verdaderamente tranquilo. Ni por un momento ha dudado de que su amigo volverá.
El rey sonrió con escepticismo. Llegó la noche del sexto día. La tranquilidad y la confianza del rehén resultaban asombrosas. De madrugada, el monarca indagó sobre el inocente que estaba en la celda y el jefe de la prisión le dijo:
- Ha cenado opíparamente, ha cantado y está extraordinariamente sereno. No duda de que su amigo volverá.
-¡Pobre infeliz!- exclamó el monarca, sintiéndose culpable de tener que lleva al cadalso a un pobre inocente, pero a esas altura no podía echarse atrás.
Llegó la hora previstaa para la ejecución. Había comenzado a amanecer. El rehén fue condudcido hasta el patíbulo... pero estaba relajado e incluso sonriente. El monarca estaba más que sorprendido. El verdugo le colocó la cuerda alrededor del cuello, pero él seguía sonriente y sereno. Justo cuando faltaban 30 segundos para las ocho en punto de la mañana y el rey iba a dar la orden para la ejecución, se escucharon los cascos de un caballo. El insurrecto había regresado justo a tiempo. El rey, emocionado, dijo:
- Si alguien como tú, condenado, se arrepiente como has hecho, pide el perdón a su madre como has hecho y no dejas en la estacada a un amigo ni que te vaya la vida en ello, se merece una segunda oportunidad. Estos días habéis demostrado el valor de la amistad, así que yo voy a mostraros el de la generosidad: ambos quedáis libres. Id en paz.
Anónimo hindú
3 comentarios:
Ojalá en la vida real todo pasara como en tu cuento.
Todo sería mucho mejor y más bonito.
Pero... esa lealtad, no sé, a mí me parece que falta, salvo en honrosas excepciones.
Un beso.
Yo sí confío en la lealtad, pero para confiar ciegamente en la lealtad de alguien, antes tienes que pensar qué harías tú en su lugar.
Si eres leal con los demás, es casi seguro que los demás serán leales contigo.
Bonito cuento Alex, que tengas una feliz semana.
Muchos besos
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